Hola, soy Sofi

Bienvenida 🤍

Te cuento un poco sobre mi..

Crecí con la idea de que si hacía todo “lo que se suponía que debía”, iba a sentirme plena…
…que si me enfocaba en estudiar lo que me gustaba, trabajar de eso, estar en pareja y tener amigas, iba a estar completa.

Básicamente: seguir el paso a paso que dicta la sociedad.
Y lo intenté muchísimo: marqué cada casilla de la lista y más, pero nada me llenaba.
Durante años fui instrumentadora quirúrgica en cirugía cardíaca: mi oficina era el quirófano, mi lapicera el bisturí y los corazones se convirtieron en mi primera gran pasión. Me aboqué a ellos en muchos sentidos: escucharlos y verlos latir cada día, dar clases y charlas.

Por fuera parecía que tenía todo bajo control.
Pero nada mas lejos de mi realidad, en silencio, me sentía desconectada, vacía, y mi frase era “estoy fallada”… me sentía rota.

Por mas que lo intentaba, no lograba ser como la imagen que tenía de una vida plena y felíz.

La vida me mostró que los títulos, los logros y los “check” en la lista no bastaban si yo no estaba conectada conmigo misma.
Me encontré con crisis que me sacudieron fuerte, momentos en los que me preguntaba: ¿y ahora qué? ¿qué hago con todo esto que siento?”

Lo que más me dolía no era lo que pasaba afuera, sino esa sensación de estar anestesiada por dentro.
De no ser capaz de escuchar mi propia voz, esa voz interna que late bajito y que tantas veces dejamos de lado.

Fue ahí cuando entendí que necesitaba otro camino.


Me formé en counseling y descubrí que existía un espacio donde lo importante no era cumplir expectativas, sino escucharse de verdad. Un espacio donde frenar, respirar y animarse a mirar hacia adentro sin anestesia ni edulcorantes.

Y así fue como llegué hasta vos…

Hoy acompaño a mujeres que, como yo, hicieron todo lo que se suponía que había que hacer y aun así sienten que falta algo.
Mi trabajo no es convencerte de que “seas agradecida con tu vida”.
Mi trabajo es ayudarte a encontrar esa voz que susurra al ritmo de los latidos de tu corazón, esa que quedó tapada bajo capas de exigencias, culpas, “deber ser” y silencios.

Si llegaste hasta acá, probablemente también estés buscando ese espacio para vos.
No te prometo un camino fácil, pero sí un acompañamiento honesto y cálido: con la precisión que aprendí en el quirófano y la humanidad que me dio la vida.

Porque tu corazón no está roto: solo necesita que vuelvas a escucharlo y te dejes guiar por su latido.

¿Estás preparada para escucharte?

Descubre mi acompañamiento